MUTILACIÓN GENITAL FEMENINA: una realidad que afecta a más de
135 millones de mujeres.
La lucha contra la mutilación genital femenina es una lucha
contra el miedo
Hace unos años, tras la presentación de una
película sobre el tema, una mujer africana a la que conocía de antes y por la
que acudí al acto, nos brindó su testimonio, contó cómo en contra de la opinión
de su madre, ella optó porque se lo hicieran. La presión de ser la diferente,
para muchos "la fresca", pudo más que el miedo o la opinión de su
madre.
Se pueden buscar y encontrar testimonios
sobre la MGF en muchos sitios, casi todos
se refieren a mujeres que fueron forzadas, habitualmente por sus padres,
a someterse a esta tortura. Tras una primera impresión de hacer algo importante
para su vida, de asistir a una fiesta, posteriormente el miedo, el dolor y la
sensación de haber sido engañada por los que le debieran haber protegido les ha
acompañado el resto de sus vidas.
Por mucha raigambre cultural, por mucho que
"uno conoce sólo eso y nada más", lo cierto es que costumbres como
esta reflejan sólo una manera que los hombres tienen de controlar la sexualidad
de las mujeres, de mantenerlas humilladas y bajo su control, reflejan una sociedad en la que la mujer es
susceptible de ser convertida en objeto sobre el que el varón puede ejercer su
dominio, dando por supuesto que hay que impedir que la mujer disfrute de su
sexualidad, que sólo sirve para dar placer e hijos, y para que de esa forma no
le interese "engañar" a su dueño.
En la actualidad la mutilación genital es
una realidad que afecta a más de 135 millones de mujeres en todo el mundo, y a
la que son sometidas en torno a 2 millones de niñas y adolescentes cada año.
Hay un inmenso reguero de sufrimiento humano, singularmente femenino e infantil
pero, sobre todo, la inducción de un modelo de sociedad, desigual y violenta
para la mujer, que lo mismo la mutila para controlar su sexualidad como que la
vende o la secuestra y la esclaviza para dar placer prostituyéndola.
La ablación comprende una serie de
prácticas que alcanzan todas ellas a la supresión, total o parcial, de los
genitales externos y que provocan problemas de salud permanentes e
irreversibles a quienes la padecen, si bien bajo esa denominación se agrupa un
conjunto de actuaciones heterogéneas y de distinto alcance en la salud
femenina.
Desde hace años, la lucha contra la
mutilación genital femenina es una lucha contra el miedo a enemigos
desconocidos: contra el miedo al cambio, y a las oportunidades que llegan con él. A lo largo y ancho del
mundo, desde el África subsahariana hasta la Península Arábiga,
desde ciertas regiones de Extremo Oriente hasta comunidades expatriadas en
Europa, EE UU, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, las mujeres están
reaccionando contra el hecho de que se las mutile genital, social, civil y
políticamente, haciendo posible la promulgación de leyes contra esta lacra y
consiguiendo la colaboración en esta lucha de políticos y religiosos y, sobre
todo, de muchas mujeres que cada vez son más conscientes de su capacidad de
provocar cambios.
EDUARDO GARCIA LANGARICA
Vocal del Consejo ejecutivo y experto en
salud pública de la federación de asociaciones de medicusmundi